En 2019 fallecieron 32 niños en siniestros viales. De estos 32 pequeños fallecidos 19 iban como ocupantes de un vehículo y 3 de ellos no hacían uso del SRI. En 2020 fueron 14 los niños fallecidos en las carreteras y 11 más dejaron sus vidas en las vías en el año 2021.
Más datos: la pasada primavera la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y las policías locales y autonómicas de todo el país realizaron una campaña de control de uso del cinturón de seguridad y sillas infantiles en la cual, durante una semana, se controlaron 356.510 vehículos y se detectaron 280 menores con una altura igual o por debajo de los 135 cm que viajaban sin ningún tipo de sistema de retención infantil a pesar de su obligatoriedad. 280 niños que viajaban en coche completamente desprotegidos y en claro riesgo de fallecimiento o de sufrir una lesión de gravedad en el caso de producirse un siniestro vial.
A tenor de estos datos, es imprescindible insistir a las familias en extremar las precauciones en sus desplazamientos en coche durante estas vacaciones de verano para que no tengamos que lamentar víctimas infantiles a causa de accidentes y siniestros viales.
La silla de auto, el dispositivo de seguridad imprescindible para los niños
Está demostrado que el uso correcto de los sistemas de retención infantil reduce un 80% el riesgo de muerte y lesiones graves en los niños en caso de accidente. Todos los niños con una altura igual o inferior a 135 centímetros que viajan en un vehículo están obligados a utilizar un sistema de retención infantil homologado y adecuado para su talla y peso. El SRI es recomendable hasta los 150 cm. Para que este sistema de seguridad cumpla eficazmente con su función protectora del niño es fundamental que esté correctamente instalado siguiendo las instrucciones del fabricante y que se utilice de manera adecuada. Además, la nueva Ley de Tráfico que entró en vigor la pasada primavera incrementa la sanción por no hacer uso del SRI o utilizarlo de manera inadecuada al aumentar de 3 a 4 la detracción de puntos en el carné.
Atención al calor dentro del vehículo
Los bebés y niños pequeños son vulnerables dentro del vehículo porque les afecta con mayor intensidad el calor, ya que su sistema de autorregulación de la temperatura es aún inmaduro. Por eso, antes de introducir al bebé en el coche para iniciar un viaje hay que comprobar que la temperatura interior es la adecuada, entre 21 y 23 grados. Si el vehículo ha estado expuesto al sol hay que ventilarlo previamente bajando las ventanillas para que recircule el aire. Y antes de sentar al niño en la sillita, hay que tocar las hebillas metálicas para comprobar que no estén demasiado calientes, lo que podría causar quemaduras al niño.
En los meses de calor la temperatura en el interior del coche puede subir entre 10 y 15 grados en menos de 15 minutos, y los niños pueden sufrir un golpe de calor, a veces fatal. Por ello, nunca se debe dejar a los pequeños solos en el interior del vehículo, aunque exista una apertura en la ventanilla, ni siquiera para hacer algún recado rápido.
Máxima precaución al llegar al destino
A la llegada al destino de vacaciones se deben extremar las precauciones con los niños y siempre se debe bajar a los pequeños del vehículo (al igual que subirlos) por el lado más seguro, el de la acera a ser posible. Los momentos de carga y descarga del vehículo son críticos para la seguridad de los niños, ya que aumentan las situaciones de riesgo como atropellos. Por eso, nunca se debe dejar de vigilar atentamente a los niños cuando salen del coche.
