En el año 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo.
Entre los 17 ODS, el número 3 hace referencia a la necesidad de garantizar la salud y el bienestar para alcanzar un desarrollo sostenible y esto pasa por el cumplimiento de una serie de metas, entre ellas la 3.6. que consiste en reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo hasta el año 2030.
Cada año 1,35 millones de personas mueren en accidentes de tráfico en todo el mundo. Si nos centramos en los datos de España y, más concretamente, en los que implican a niños y niñas menores de 14 años, las cifras tampoco buenas: en el año 2021 fallecieron 11 niños en siniestros viales, según el último balance provisional de la DGT, y cada año resultan lesionados leves y graves alrededor de 7.000 niños.
Todos estos datos y el cumplimiento de los ODS en lo que respecta a la siniestralidad vial obligan a realizar una reflexión centrada concretamente en la seguridad vial infantil: ¿Es suficiente con reducir las víctimas y lesionados infantiles a la mitad? Para la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVi), único foro de Expertos nacionales e internacionales de España en seguridad vial infantil, el objetivo es mucho más ambicioso: reducir a cero las víctimas infantiles a causa de accidentes y siniestros de tráfico.
Para alcanzar este objetivo es necesario un compromiso claro, contundente y firme por parte de las autoridades e instituciones competentes implicadas en la seguridad vial infantil. Este compromiso ha de traducirse en la toma de medidas valientes y comprometidas al cien por cien con la seguridad de los pequeños para que dejemos de lamentar muertes y lesiones infantiles relacionadas con el tráfico.
Este año 2022 se han puesto en marcha importantes iniciativas como la nueva Ley de Tráfico que endurece las sanciones por no utilizar sistemas de retención infantil o hacer un uso incorrecto de ellos, y la inclusión de la educación vial en el curriculum académico de Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato. Estos avances son indudablemente importantes, pero es prioritario que se complementen con otras medidas que pasan irremediablemente por la formación, la investigación y la concienciación. Formación técnica específica para los cuerpos de seguridad con capacidad sancionadora; formación técnica específica para los docentes que a partir del próximo curso 2022-2023 tendrán la enorme responsabilidad de impartir seguridad vial a los niños y las niñas; y formación específica a los padres y madres que deben conocer exactamente el uso correcto de los sistemas de retención infantil.
